miércoles, 12 de octubre de 2011

EDUCANDO A MIS PINSCHER


El otro día estuve leyendo varios artículos sobre la educación de los perros, en ellos se hablaba de la educación tradicional (mediante refuerzo negativo y los castigos, donde es necesario forzar físicamente a los perros, hasta que realicen las acciones que se desean) y  la  positiva (con  refuerzos positivos, como recompensas, reforzando las conductas deseadas).
Se hablaba también de  las técnicas basadas en la etología canina, que  se concentran en las conductas naturales del perro, donde  el dueño  debe  adquirir un estatus jerárquico superior al del perro. Creo, que utilizando estas dos tácticas o medios educativos, se pueden conseguir buenos resultados.
Para comer y jugar los tengo en la terraza, hasta que hacen sus necesidades  en la zona para ello. Después toca un poco de educación, ahora estamos enseñándolos a pasear con correa, a que  solo muerdan  sus  huesos, y jueguen con sus juguetes,  el ¡siéntate!,  ¡ven aquí!, ¡suelta!, etc.
En la medida que ellos van aprendiendo a obedecer se les van abriendo puertas, no están de momento sueltos por toda la casa.
Al principio cuando entran olisquean nerviosos y lo recorren todo, los voy tranquilizando hasta que consigo que se queden sentados en su cama, mordisqueando algún huesito y se queden dormidos.
En cuanto a las mordidas, a Diva (4 meses) ya se  nota que le están molestando pues ha cambiado su tipo de mordida, de juego a querer masticar continuamente los huesos, sin embargo Chicco (2 meses y medio), todavía tiene la mordida de jugueteo.
Otro de los temas importantes que he leído y que tanto la veterinaria como criadores me han comentado,  es la sociabilización, (el perro  aprende a  relacionarse).
 Los míos,  en el tiempo que llevan en casa (17 días) han conocido ya a mucha gente  y su relación y conducta ha sido  muy buena, tranquila y cariñosa.
En cuanto a la relación con otros perros, en casa hay una Yorkshire Terrier  hembra de 8 años (Vicky), y la relación de Diva con ella es de respeto, no juegan, casi se ignoran, pero Chicco,  no para buscarla, juegan y algunas veces la Yorkshire  se ha cabreado bastante con el, pero Chicco sigue buscándola para jugar. Hay que tener mucho cuidado a la hora de comer, pues la  Yorkshire quiere también comer con ellos, y hay que hacer turnos, pues si no la viejita, (como la llamo a veces) se adueña de todos los platos de comida. Los Pinscher comen primero y la Yorkshire al final pero en el mismo sitio, la misma comida y el  mismo plato. Creo que la relación  es buena  para estos casos, pues no hay ni miedo ni agresión por parte de los cachorros, y  solo un poco de celos por parte de la Yorkshire.
Por mi experiencia con todos los perros que he tenido a lo largo de mi vida (Pastor alemán, Caniche, Doberman,  Bóxers, Pastor Garafiano y Yorkshire), los perros se  asemejan a los  dueños, si este no se asusta de algo, como las tormentas, voladores, etc.,  el perro tampoco lo hará. Ante un dueño tranquilo lo más normal es que el perro ya adulto sea tranquilo.
La vida en casa no es aburrida, pues no nos da mucho tiempo para nada, pero se va notando la diferencia en el comportamiento de los cachorros. Da gusto verlos como juegan, como duermen, se les ve felices.