El otro día estuve leyendo
varios artículos sobre la educación de los perros, en ellos se hablaba de la
educación tradicional (mediante refuerzo negativo y los castigos, donde es
necesario forzar físicamente a los perros, hasta que realicen las acciones que
se desean) y la positiva (con
refuerzos positivos, como recompensas, reforzando las conductas
deseadas).
Se hablaba también de las técnicas basadas en la etología canina,
que se concentran en las conductas
naturales del perro, donde el dueño debe
adquirir un estatus jerárquico superior al del perro. Creo, que
utilizando estas dos tácticas o medios educativos, se pueden conseguir buenos
resultados.
Para comer y jugar los
tengo en la terraza, hasta que hacen sus necesidades en la zona para ello. Después toca un poco de
educación, ahora estamos enseñándolos a pasear con correa, a que solo muerdan
sus huesos, y jueguen con sus
juguetes, el ¡siéntate!, ¡ven aquí!, ¡suelta!, etc.
En la medida que ellos van
aprendiendo a obedecer se les van abriendo puertas, no están de momento sueltos
por toda la casa.
Al principio cuando entran
olisquean nerviosos y lo recorren todo, los voy tranquilizando hasta que
consigo que se queden sentados en su cama, mordisqueando algún huesito y se queden
dormidos.
En cuanto a las mordidas, a
Diva (4 meses) ya se nota que le están
molestando pues ha cambiado su tipo de mordida, de juego a querer masticar
continuamente los huesos, sin embargo Chicco (2 meses y medio), todavía tiene
la mordida de jugueteo.
Otro de los temas
importantes que he leído y que tanto la veterinaria como criadores me han
comentado, es la sociabilización, (el
perro aprende a relacionarse).
Los míos,
en el tiempo que llevan en casa (17 días) han conocido ya a mucha
gente y su relación y conducta ha
sido muy buena, tranquila y cariñosa.
En cuanto a la relación con
otros perros, en casa hay una Yorkshire Terrier
hembra de 8 años (Vicky), y la relación de Diva con ella es de respeto,
no juegan, casi se ignoran, pero Chicco, no para buscarla, juegan y algunas veces la Yorkshire
se ha cabreado bastante con el, pero
Chicco sigue buscándola para jugar. Hay que tener mucho cuidado a la hora de
comer, pues la Yorkshire quiere también
comer con ellos, y hay que hacer turnos, pues si no la viejita, (como la llamo
a veces) se adueña de todos los platos de comida. Los Pinscher comen primero y
la Yorkshire al final pero en el mismo sitio, la misma comida y el mismo plato. Creo que la relación es buena para estos casos, pues no hay ni miedo ni
agresión por parte de los cachorros, y solo
un poco de celos por parte de la Yorkshire.
Por mi experiencia con
todos los perros que he tenido a lo largo de mi vida (Pastor alemán, Caniche,
Doberman, Bóxers, Pastor Garafiano y Yorkshire),
los perros se asemejan a los dueños, si este no se asusta de algo, como
las tormentas, voladores, etc., el perro
tampoco lo hará. Ante un dueño tranquilo lo más normal es que el perro ya
adulto sea tranquilo.
La vida en casa no es
aburrida, pues no nos da mucho tiempo para nada, pero se va notando la
diferencia en el comportamiento de los cachorros. Da gusto verlos como juegan,
como duermen, se les ve felices.